La logística está cambiando de rumbo, pasando de la línea recta al círculo para adaptarse a las necesidades de la economía circular. Así nace la Gestión Verde de la Cadena de Suministro (GSCM).
SOSTENIBLE Y CONSCIENTE: DE LAS NORMAS AL CAMBIO CULTURAL
«Estos últimos años de la era posmoderna se han sentido un poco como cuando estás en el instituto y tus padres se van y haces una fiesta. Llamas a todos tus amigos y organizas esta fiesta salvaje, asquerosa y fabulosa, y durante un tiempo es genial, es salvaje y liberadora, la autoridad paterna ha desaparecido, ha sido desalojada, el gato se ha ido y las ratas están engullendo en lo dionisiaco. Pero luego pasa el tiempo y la fiesta se vuelve más y más ruidosa […] las cosas empiezan a romperse o a derramarse, y hay quemaduras de cigarrillos en el sofá, y tú eres el dueño de la casa, es tu casa también, así que, poco a poco, empiezas a desear que tus padres vuelvan y restablezcan algo de orden… No es un símil perfecto, pero es lo que siento, […] Siento que son las tres de la mañana y el sofá está quemado y nos gustaría que la juerga se acabara. […] Esperamos que los padres vuelvan […] Y luego viene el malestar más agudo, cuando nos damos cuenta poco a poco de que en realidad los padres no van a volver, y que nosotros tendremos que ser los padres».
Lo anterior es una afirmación del escritor David Foster Wallace que en 1993 compara la condición posmoderna con una fiesta desorganizada y desordenada, pero, aquí, tomamos prestada su metáfora porque nos parece adecuada para describir el momento en que, a nivel mundial, surgió la conciencia de que algo no funcionaba en el modelo de crecimiento económico que había desencadenado la Segunda Guerra Mundial.
«Un desarrollo sin progreso» decía Pasolini refiriéndose al panorama italiano, comparando el crecimiento del Boom Económico de los años sesenta primero y de los ochenta después, con un proceso similar al desarrollo fisiológico de un cuerpo que, sin un adecuado aprendizaje cultural, es incapaz de transformar el impulso del crecimiento en una mejora real y duradera.
Hasta hace una década, la actitud colectiva hacia el mañana era decididamente miope: el futuro se consideraba a muy corto plazo y no se tenían en cuenta las consecuencias de los propios actos. El mismo comportamiento adolescente que describe Foster Wallace en su metáfora: un desinterés generalizado por el deterioro de los recursos, hasta el punto de tomar conciencia de que lo que se quemaba, se consumía y se destruía no era otra cosa que la propia casa, y los encargados de tomar las decisiones llamadas a remediarlo, a invertir el curso de los acontecimientos, a elegir el bien común no eran ni las generaciones pasadas ni las futuras, sino las del presente.
Así, tras la resaca colectiva de los años ochenta, a principios de los noventa comenzaron a aparecer los signos de las políticas de gestión perversas: desde la acumulación de residuos hasta la deforestación, pasando por la brecha entre países ricos y pobres y el progresivo empeoramiento de la calidad de vida.
Lo que era la conciencia de unos pocos se convirtió en poco tiempo en una prioridad en las agendas internacionales, llegando a la estipulación de tratados y normas compartidas para empezar a frenar el curso de la autodestrucción.
Pero las normas no son nada sin un cambio cultural, y sólo recientemente palabras como descarbonización, sostenibilidad y reciclaje han adquirido un significado real en la vida de los individuos, así como en el sistema económico y en las políticas empresariales.
EFICIENCIA Y SOSTENIBILIDAD: EL FUTURO DE LAS EMPRESAS
Esta creciente atención a las cuestiones de sostenibilidad ha llevado a comprender que la escasez de recursos naturales y la vulnerabilidad de la salud de la biosfera exigen un profundo replanteamiento del concepto de desarrollo como proceso en armonía con el medio ambiente, en interés de las generaciones presentes y futuras.
La Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CMMAD) estableció que el principal objetivo del actual proceso del modelo económico y tecnológico es garantizar que el uso de los recursos medioambientales para satisfacer las necesidades presentes se gestione de forma que también puedan ser utilizados por las generaciones futuras.
Posteriormente, el protocolo de Kioto expresó de manera inequívoca el vínculo entre negocios y sostenibilidad, llamando la atención sobre la necesidad de un cambio fuerte y una mayor atención al impacto ambiental de las actividades, orientadas a la reducción de residuos, emisiones de gases de efecto invernadero, consumo de recursos y agua, así como el crecimiento de las actividades de recuperación de energía y la producción de energía limpia.
Esta nueva conciencia lleva a la necesidad de repensar los problemas ambientales, sociales y económicos en una perspectiva sistémica, con un enfoque holístico. Una nueva perspectiva empresarial y económica, por tanto, cuyas consignas son la integración y la multidisciplinariedad. El verdadero desafío del futuro es mirar la sostenibilidad como un ecosistema que debe diseñarse, planificarse, gestionarse y controlarse en su totalidad, a través de la búsqueda del equilibrio entre todas las variables involucradas.
Nell’intersezione tra la dimensione economica e la dimensione sociale della sostenibilità si trova l’etica e la cultura aziendale.
En la intersección entre la dimensión económica y la dimensión social de la sostenibilidad se encuentra la ética y la cultura empresarial.
Uno de los objetivos fundamentales, por tanto, señalado a nivel internacional, es incrementar la ecoeficiencia de la economía global, lo que significa reducir el impacto ambiental asociado a los procesos antropogénicos en nuestro planeta. En la definición de ecoeficiencia, las empresas se mencionan explícitamente como uno de los actores clave en la búsqueda de una sociedad más sostenible.
En este contexto, las empresas no pueden ignorar los desafíos que plantean las cuestiones ambientales y sociales.
Innovación, automatización, flexibilidad son herramientas al servicio de conseguir no solo el beneficio, sino también y sobre todo nuevas demandas globales.
Las advertencias iniciales se han ido transformando a lo largo del tiempo en normativas precisas, por lo que es necesario volver a desarrollar sectores enteros de la empresa, en primer lugar, el de Supply Chain.
Todas las empresas, desde la fabricación hasta el retail de alimentación, desde la moda hasta la automoción, se enfrentan a la necesidad de rediseñar toda la cadena de distribución en virtud de los tres pilares de la sostenibilidad:
- Sostenibilidad ambiental: garantizar la disponibilidad y calidad de los recursos naturales.
- Sostenibilidad social: garantía de calidad de vida, seguridad y servicios para los ciudadanos.
- Sostenibilidad económica: garantizar la eficiencia económica y los ingresos de las empresas.
Así nació Green Supply Chain Management (GSCM): una filosofía global desarrollada para ayudar a las empresas a mejorar su sostenibilidad medioambiental.
GESTIÓN ECOLÓGICA DE LA CADENA DE SUMINISTRO: LOGÍSTICA PARA UN MUNDO MEJOR
La Green Supply Chain Management (GSCM) implica la búsqueda de la ecoeficiencia de la cadena de suministro en su totalidad, como un objetivo compartido por todas las partes implicadas. La GSCM contiene temas cruciales como la compra ecológica, el diseño para el medio ambiente (DfE), la cadena de suministro de ciclo cerrado (CLSC), la evaluación del ciclo de vida (LCA), la fabricación ecológica, la gestión de residuos y las 4R (reutilización, refabricación, reacondicionamiento y logística inversa) para la recuperación de los materiales de desecho de los productos al final de su vida útil.
Estas metodologías están orientadas a guiar a los responsables de la toma de decisiones en el diseño y la gestión de la cadena de suministro.
En concreto, una de las estrategias más extendidas es el Análisis del Ciclo de Vida (ACV), que optimiza el ciclo de vida del producto minimizando la contaminación y los residuos actuando en tres niveles
- el producto, mediante el diseño de productos fabricados de forma ecológica;
- el proceso, con vistas a la reducción, reutilización, reciclaje y regeneración;
- prácticas, con la medición del rendimiento en términos de eficiencia y sostenibilidad.
Junto al ACV está el cálculo del coste del ciclo de vida (CCV), capaz de definir el impacto económico de los daños causados al medio ambiente, a la humanidad y a todo el ecosistema, y de crear modelos matemáticos multiobjetivos para la definición de la mejor solución.
La integración entre los modelos de ACV y CCV en el análisis del rendimiento económico y medioambiental de las cadenas de suministro, el uso de herramientas de optimización mono y multiobjetivo para el diseño y la planificación de cadenas de suministro de circuito cerrado, son algunos de los enfoques más populares en este campo.
La logística, por tanto, cambia de rumbo y de ser una línea recta pasa a ser un círculo para adaptarse a las necesidades de una economía circular, que considera el bien de toda la cadena de suministro y ya no el interés de la pieza única.
UBLIQUE: DECISION INTELLIGENCE FOR A BETTER WORLD
Tomar la decisión correcta es la clave para asegurar un futuro mejor, tanto económico como sostenible a todos los niveles.
En el sector de la logística, las áreas sobre las que hay que actuar y ser decisivo son muchas y pueden ir desde la elección de la ruta a seguir para la entrega de las mercancías, hasta el tipo de envase utilizado para el embalaje limitando el uso del plástico, maximizando el espacio en los palés y desarrollando envases reutilizables.
Con Ublique y sus módulos específicos dedicados a la logística y la cadena de suministro es posible crear modelos de optimización multiobjetivo capaces de combinar eficiencia y sostenibilidad.
Al incluir las metodologías de gestión de la cadena de suministro ecológica en la herramienta de apoyo a la toma de decisiones Spindox, es posible diseñar y planificar una cadena de suministro de circuito cerrado eficiente y sostenible.
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