No fue la emergencia de Covid-19 la que centró la atención en los conceptos de smart manufacturing e Industria 4.0, pero sin duda las consecuencias de la emergencia sanitaria representaron un acelerador de instancias de cambio e innovación ya inherentes al mundo empresarial y laboral.
Lo que primero se definió como Plan Industria 4.0, luego como Plan Empresa 4.0 y ahora como Plan Nacional de Transición 4.0, no es más que un proceso de profunda innovación tecnológica y de sostenibilidad medioambiental que debe implementarse en las plantas manufactureras italianas para adaptarlas a las exigencias tanto de la comunidad internacional como de las necesidades empresariales.
La pandemia ha centrado la atención en estas cuestiones de forma simultánea a nivel mundial, obligando a las partes interesadas de diferentes ámbitos a replantearse la lógica industrial del modelo capitalista y a destinar fondos adecuados para acompañar a las empresas en este proceso de cambio.
En este escenario, un papel importante lo desempeña la Fábrica 4.0, heredera y sucesora de las grandes plantas industriales del siglo XX, en la que las máquinas ya no están al servicio del hombre, sino que colaboran con él, aprendiendo de los operadores humanos de forma natural y comunicándose entre sí para realizar el autodiagnóstico y el mantenimiento preventivo con el fin de conseguir los resultados esperados.
En esta nueva forma de trabajar, los sistemas son flexibles y adaptables, lo que permite personalizar los productos para responder a grupos de consumidores cada vez más fragmentados y exigentes. Gracias a las técnicas avanzadas de simulación, será posible realizar un gemelo digital que previsione todo un proceso de producción en tiempo real, antes de ponerlo físicamente en producción, para probar su funcionalidad y posiblemente mejorar su rendimiento.
En otras palabras, la Fábrica 4.0 será una fábrica inteligente, capaz de autoajustarse para reducir los residuos, aumentar los beneficios y satisfacer diferentes necesidades en poco tiempo.
Trabajar en la Fábrica Inteligente
Está claro que en este escenario, la idea del trabajo en la fábrica también está destinada a cambiar para responder a las nuevas necesidades y encontrar un lugar en un espacio productivo menos mecánico en sus acciones, pero más automatizado en sus procesos. Surgirán nuevas profesiones, se requerirán nuevos niveles de especialización y, sobre todo, será necesaria una nueva conciencia en el uso de la tecnología y los sistemas de información. En el mercado laboral, algunas figuras profesionales desaparecerán para dar paso a otras, impulsadas también por una renovada cultura del trabajo y del trabajador que se basa en la flexibilidad, el trabajo inteligente y la tecnología en la nube. En este contexto, las habilidades blandas (resolución de problemas, pensamiento crítico, creatividad) serán tan importantes como la formación y la experiencia.
Con la consolidación de los procesos de innovación digital dentro y fuera de la industria, no se desprioriza la centralidad del trabajador, sino que se fomenta que tenga un papel fundamental como guía y tomador de decisiones en varios puntos y capacidades de la cadena de valor.
En la Fábrica 4.0, el trabajador ya no es sólo una mano de obra, un trabajo puramente manual al servicio del proceso, sino que su trabajo adquiere la dimensión de trabajo inteligente, es decir, un trabajo que mezcla las intervenciones manuales con fuertes competencias técnicas de análisis y diagnóstico y, en algunos casos, incluso de razonamiento científico, con la aplicación de conocimientos complejos.
La formación, empezando por los centros de enseñanza secundaria y los institutos técnico-científicos, tendrá que sufrir un proceso de cambio radical para proporcionar las herramientas necesarias a una nueva generación de trabajadores que ya no están llamados a ser «hombres buey» en la concepción taylorista de la fábrica, sino que necesitarán competencias digitales, habilidades tecnológicas, capacidad de análisis y predisposición al razonamiento.
Acompañar a las empresas hacia la Industria 4.0 no sólo significa dotar a las fábricas de máquinas interconectadas dotadas de inteligencia artificial y módulos de optimización matemática, sino también y sobre todo cambiar el modelo organizativo, apostando por un profundo cambio cultural que comience en las escuelas y desemboque en un modelo económico globalizado basado en los conceptos de sostenibilidad social y medioambiental y en la puesta en valor y respeto de los recursos humanos y económicos. Es necesario romper ciertos estereotipos inherentes a la sociedad, así como al mundo del trabajo, que todavía se basan en oposiciones claras como la que existe entre hombres y mujeres, cultura humanista y conocimiento tecnológico, trabajo manual y trabajo intelectual, y países del norte y del sur. Sin embargo, a nivel de la organización de la empresa, hay que eliminar la idea preconcebida de que la Fábrica 4.0 corresponde a un sistema jerárquico rígido que aplasta la individualidad en favor de la contención de los costes y los altos niveles de automatización.
En cambio, lo que hay que comunicar y promover es la llamada vía alta de la innovación, que implica procesos de gestión y el uso de sofisticadas herramientas de apoyo a la decisión capaces de ofrecer resultados tangibles y medibles.
Ublique, la plataforma de inteligencia de decisiones de Spindox, forma parte de este proceso.
Ublique para el smart manufacturing
La evolución de la Industria 4.0 está llevando a una producción totalmente automatizada e interconectada, y la tecnología de Ublique es capaz de hacer su aportación para transformar los datos que estos procesos consiguen generar en una ventaja real para el negocio.
En la actualidad, sólo el 1% de los datos recogidos es utilizado por las empresas, que podrían mejorar su rendimiento aprovechando las técnicas de simulación, previsión y optimización matemática.
El Covid-19 demostró que ya no es posible confiar únicamente en la experiencia individual y la historicidad para tomar decisiones eficaces, sino que es necesario dotarse de herramientas que permitan comprender y adaptarse a los cambios repentinos y bruscos.
Ublique aporta a la fabricación inteligente competencias relacionadas con los ámbitos de la Inteligencia Artificial y el Internet de las cosas.
Ublique permite una mejor colaboración entre la máquina y el agente humano en el proceso de fabricación, mejorando la comodidad y el bienestar de los operarios, así como la productividad, y añade capacidades de planificación predictiva a los robots con el objetivo de que su funcionamiento sea seguro y eficiente. Ublique está desarrollando nuevos modelos de apoyo a la fabricación inteligente para importantes actores del mercado en los sectores de la energía, la moda y el retail.
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