El mensaje de la Expo Dubái 2020, con su epílogo «Connecting Minos, Creating the Future» (Conectando mentes, creando el futuro), capta el espíritu de los tiempos que vivimos, en los que la Inteligencia Artificial y el ingenio humano deben conectarse para diseñar un futuro no sólo ideal, sino también y sobre todo real.
Cuando Dickens escribió «Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos», quizás se refería a 2022.
Porque el año que acaba de empezar se mueve por una cresta ambigua y delicada. Puede ser el año en que la pandemia de Covid termine o el año en que se desarrollen nuevas variantes aún más amenazantes. Puede ser el año en que la recuperación económica se asiente en un crecimiento constante que conduzca a una prosperidad generalizada, o puede ser el año de nuevas crisis, mayor inestabilidad y graves pérdidas. Puede ser el año en el que se revierta la emergencia climática y la equidad social, en el que se sienten las bases de un nuevo acuerdo global y colectivo de fraternidad mutua, o puede ser el año de nuevas guerras, de posiciones incompatibles, de fricciones geopolíticas que se extenderán en cascada a todos los estratos de la población mundial.
Lo que define la fisonomía de 2022 será, por tanto, la capacidad de los responsables de tomar decisiones para aprovechar la gran oportunidad que se les presenta: la de gobernar el cambio. Porque el cambio no es una transformación espontánea e incontrolada que se mueve según su propia lógica, sino que es un proceso gradual y constante que debe conducir a resultados ciertos e irreversibles. Es cierto que una chispa puede ser suficiente para desencadenar un movimiento revolucionario, pero para que no sea un simple destello, es necesario un diseño estratégico más amplio, compartido y gobernado.
No es casualidad que una de las palabras clave de la Expo de Dubái 2020 (que debía celebrarse entre el 1 de octubre de 2020 y el 31 de marzo de 2021, pero que ha sido aplazada por la emergencia sanitaria y se celebra en estos meses, del 1 de octubre de 2021 al 31 de marzo de 2022), junto con la Sostenibilidad y la Movilidad, sea Oportunidad.
Porque ¿qué es una oportunidad sino la presencia de una o varias circunstancias favorables a la realización de un propósito, transformándolo en acción?
Para aprovechar esta oportunidad, es necesario tomar mejores decisiones, o mejor dicho, es imprescindible tomar las decisiones correctas para no caer en su contrario: la insuficiencia, el despilfarro, el retraso, la nocividad, el fracaso.
Pero, ¿qué hace que una decisión sea «correcta»?
Grandes decisiones para hacer grandes historias
Los expertos en storytelling acostumbran a decir que las malas decisiones hacen buenas historias, refiriéndose a todos aquellos protagonistas que, tomando malas decisiones, han dado lugar a grandes sagas: no habría habido ocho temporadas de Juego de Tronos si Ned Stark hubiera rechazado el papel de Mano del Rey, no habría habido Matrix si Neo hubiera elegido la píldora azul, no habría habido País de las Maravillas si Alicia no hubiera seguido al Conejo Blanco por la madriguera. Pero mientras que en la ficción las malas decisiones también pueden conducir a buenas tramas, en los negocios las malas decisiones casi nunca conducen a otra cosa que a malos resultados. El proceso de toma de decisiones, cada vez más complejo, capilar y continuo, ya no puede basarse en el conocimiento de una única figura multifuncional, ni en la única aportación de la experiencia, ya que las líneas temporales se han acortado tanto hacia el pasado (¿todavía cuentan las series históricas después del Covid?) como hacia el futuro (¿qué futuro se puede predecir si todo cambia a cada momento?).
En este escenario, el uso de plataformas de Inteligencia Artificial capaces de apoyar a los responsables de la toma de decisiones tanto en las opciones estratégicas como en las operativas se ha convertido en algo inevitable. Sin embargo, esto no debe llevarnos a pensar que la automatización de los procesos de decisión corresponde a la eliminación del componente humano de la responsabilidad de la elección.
Las máquinas y los humanos desempeñan papeles diferentes en el decision flow: el poder de los datos, el análisis y el aprendizaje automático sirven para ayudar, guiar y apoyar, no para suplantar y sustituir.
El resultado de reunir la experiencia práctica, los conocimientos innovadores y los algoritmos de optimización, simulación y previsión basados en datos sólo puede dar lugar a la mejor decisión posible.
En una encuesta reciente, Gartner descubrió que el 65% de las decisiones que se toman tienen un mayor grado de complejidad que hace dos años.
El papel de la Inteligencia Artificial en el Flujo de Decisiones
En esta perspectiva de coexistencia humana y tecnológica, los tres grados de uso de la IA en la toma de decisiones son la automatización, el asesoramiento y el soporte a las decisiones. En el primer caso, es el sistema el que toma las decisiones sobre la base del análisis prescriptivo y predictivo, produciendo beneficios en términos de velocidad, escalabilidad y eficiencia. En cambio, la Inteligencia Artificial puede desempeñar el papel de asesor cuando el sistema recomienda una decisión, o varios escenarios posibles, pero luego son los gestores los que toman una decisión basada en el análisis realizado. En el último caso, en cambio, las elecciones están totalmente en manos de los responsables de la toma de decisiones, con el apoyo de análisis descriptivos, de diagnóstico o predictivos. El hecho de que una decisión deba tomarse de forma automatizada, con el asesoramiento de la IA o totalmente por el responsable de la toma de decisiones con el único apoyo de la tecnología, depende de dos variables clave: la rapidez con la que la empresa necesita la decisión y la complejidad de la decisión a tomar.
La dimensión temporal se refiere al intervalo entre el momento en que surge la necesidad u oportunidad de una acción y el momento en que se toma la decisión de actuar. Este lapso de tiempo puede variar desde unos segundos hasta meses, e incluso años en el caso de decisiones estratégicas especialmente importantes.
Del mismo modo, la complejidad puede evaluarse en un continuo que va de lo simple a lo complicado, pasando por lo complejo y lo caótico.
- Las situaciones simples son estables y predecibles y funcionan según un principio claro de causa/efecto.
- Las situaciones complicadas requieren experiencia o análisis para identificar los vínculos causales.
- Las situaciones complejas implican múltiples relaciones e interdependencias, que requieren un enfoque analítico sistémico, con simulaciones para evaluar el efecto de las propias acciones también a medio y largo plazo.
- Las situaciones caóticas tienen causas y efectos desconocidos, con interdependencias poco claras o dinámicas. En este caso, el proceso de toma de decisiones es muy difícil y requiere un análisis continuo y la redefinición de las estrategias día a día.
Ublique, la plataforma de soporte a las decisiones de Spindox, apoya a los responsables de la toma de decisiones en todas las etapas del flujo de decisiones mediante el poder de la inteligencia artificial: desde la creación de gemelos digitales en el sector de la fabricación para el mantenimiento predictivo y la simulación de los procesos empresariales cuando se trata de la seguridad laboral, hasta la optimización de los recursos mediante la reducción de las emisiones de CO2 cuando se trata del transporte por carretera o el intento de evitar el desperdicio de productos frescos cuando se trata de la venta minorista de alimentos. En pocas palabras, Ublique proporciona una mejor comprensión del contexto dado al procesar la mayor cantidad posible de datos para permitir la toma de decisiones en escenarios rápidamente cambiantes y altamente complejos.
Una oportunidad única para conectar mentes y crear el futuro
Esforzarse por tomar mejores decisiones es un pensamiento que guía a los directivos en la esfera empresarial, a los poderosos de la Tierra en la esfera geopolítica y a los individuos en sus acciones cotidianas, porque las elecciones que hacemos cada uno de nosotros, incluso las más microscópicas, influyen en el curso de todo el ecosistema global.
Como una especie de efecto mariposa, las decisiones de hoy afectan al futuro que tendremos mañana, y es necesario que todos pongan de su parte, desde la recogida selectiva de residuos hasta la economía circular, desde una cultura más inclusiva e igualitaria hasta políticas de redistribución de la riqueza y normas de seguridad comunes.
El mensaje que la Expo 2020 quiere transmitir con su epílogo Connecting» Minds, Creating the Future» capta el sentido del espíritu de los tiempos que vivimos, en los que la eficiencia tecnológica y el ingenio humano deben conectarse para diseñar un proyecto de futuro que no sólo sea ideal, sino también y sobre todo real.
La inteligencia artificial, los algoritmos de optimización matemática, el uso de técnicas de simulación dinámica y los modelos avanzados de previsión nos dan todas las oportunidades para tomar las decisiones correctas.
En este caso, en este momento concreto de la historia, el error no está contemplado ni justificado: no se puede desperdiciar esta oportunidad.
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