LA IMPORTANCIA DEL PACKAGING EN LA OPTIMIZACIÓN DE ALMACENES

Lo que antes se definía como envase, ahora se llama packaging y representa tanto una herramienta de comunicación y marketing como un elemento fundamental en la organización de la cadena de suministro y la optimización de los almacenes. 

El Instituto Italiano del Embalaje considera que el packaging es el conjunto de instrumentos utilizados para contener, proteger, conservar y presentar un producto, así como el conjunto de actividades necesarias para el embalaje, el almacenamiento y la distribución de las mercancías. 

Con la llegada de la pandemia y los rápidos cambios que trajo consigo, concretamente en lo que respecta a las compras a través del comercio electrónico y la reorganización de toda la cadena logística, también se crearon nuevos retos para el sector de los envases. Incluso antes de Covid-19, el volumen de pedidos y compras en línea había aumentado de forma constante e inexorable, pero en 2020 el Coronavirus provocó un aumento sin precedentes de esta tendencia. Esto también ha hecho que se preste más atención al papel de los envases en la logística. 

Se estima que en la próxima década las decisiones de los consumidores estarán cada vez más influenciadas por la postura de sostenibilidad de las marcas. Los nuevos consumidores tendrán necesidades completamente nuevas y dirigirán la demanda hacia las marcas que sean capaces de renovarse, proyectando en su imagen y en sus productos toda una serie de valores y creencias, en consonancia con la nueva sensibilidad global. 

En cuanto a la sostenibilidad medioambiental, es muy importante que los envases sean fácilmente reciclables y en la menor cantidad posible, para respetar el ecosistema y las materias primas utilizadas. El envase, por tanto, no se caracteriza únicamente por el color de una caja, el eslogan de un paquete o la forma de un envoltorio, sino que representa un eje central en un proceso muy complejo que incluye la comodidad del transporte, el almacenamiento del producto, la exposición en las estanterías y el uso correcto por parte del usuario final. 

En otras palabras, si el envase es débil, toda la cadena de suministro corre el riesgo de debilitarse. 

El envase no sólo debe atraer la atención del consumidor cuando elige un producto en el estante, sino que también debe cumplir los requisitos funcionales, normativos y ecológicos de la logística y la cadena de suministro. El envase de un producto no sólo debe comunicarse con el consumidor final, sino también y sobre todo con toda la cadena logística: por eso está diseñado para facilitar el almacenamiento en los almacenes y el transporte desde la producción hasta el consumo.

El envase es una herramienta central en la cadena de suministro, ya que contiene, conserva, permite el transporte, el consumo y la comunicación a través de códigos y etiquetas. 

Los manuales de marketing describen y caracterizan el envase con las llamadas «Cuatro P»: 

• Product (producto), ya que el envase es parte integrante del producto al contenerlo y protegerlo; 
• Price (precio), comunicando las características y la especificidad al público; 
• Place (lugar de distribución), determinando su gestión logística y su almacenamiento en el almacén y en la estantería; 
• Promotion (promoción o comunicación), el tamaño del paquete influye en el precio unitario. 

En Italia, los envases se dividen, según su función y uso previsto, en tres categorías diferentes: envases primarios, secundarios y terciarios. 

• El envase primario es el que está en estrecho contacto con el producto y suele contener toda la información principal, como los ingredientes, las fechas de caducidad y los alérgenos. Los envases primarios, debido a estas características, requieren el máximo cuidado durante la fase de producción de envases de la empresa. 
• El envase secundario es un envase múltiple y sirve para agrupar un determinado número de unidades de producto, independientemente de la forma en que se venda al consumidor. Sirve principalmente para facilitar la reposición de los estantes en el punto de venta. El clásico ejemplo es el six-pack. Mientras que el envase primario se comunica con el cliente a través de información y fechas de caducidad, el envase secundario tiene códigos que el consumidor no puede leer sin herramientas especiales. Estos códigos no van dirigidos a los compradores, sino que sirven para conectar a los distintos proveedores con los responsables de la logística. El embalaje secundario también tiene la función de proteger los envases individuales durante la manipulación, el almacenamiento, el transporte y la distribución o de la posible exposición/contaminación con agentes externos. 
• El envase terciario, también conocido como embalaje de transporte, está diseñado para facilitar la manipulación y el transporte de las mercancías, para evitar los daños debidos al impacto o al aplastamiento. Ejemplos de envases terciarios son los palés y las cajas de cartón que contienen otros envases, pero no incluye los contenedores ni los envases muy voluminosos. Los envases terciarios, llamados paquetes, se fabrican en tamaños convencionales nacionales e internacionales para facilitar el transporte y mejorar la manipulación. 

Entre las finalidades logísticas, vinculadas a las operaciones de envasado y embalaje, están las que favorecen el movimiento de los productos a través del transporte y la optimización del espacio del almacén. El ahorro de costes de transporte y almacenamiento puede ser muy importante, por lo que se están desarrollando métodos cada vez más eficaces para facilitar la distribución, el apilamiento, la exposición, el uso, la reutilización, el reciclaje y la eliminación. 

Desde el punto de vista logístico, son cruciales los requisitos funcionales del envase, que incluyen los aspectos más prácticos del mismo, es decir, los relativos a la contención, protección y transporte del producto. También incluyen los requisitos de rendimiento relacionados con el producto en sus distintas fases, desde la producción hasta la manipulación. El rendimiento del envase está relacionado con el volumen ocupado, la superficie relativa, la capacidad, la huella, la apilabilidad, la ligereza, etc. 

Todos estos elementos relacionados con el embalaje son fundamentales para dirigir la gestión del almacén de la mejor manera posible, evitando la pérdida de tiempo y espacio. 

La distribución del almacén y la elección de los envases son dos actividades fuertemente correlacionadas porque definen la distribución de los espacios, la elección de las estanterías y la manipulación de los envases. 

La solución de Warehouse Optimization de Ublique contiene un módulo específico dedicado al slotting que permite identificar la mejor posición para cada artículo, teniendo en cuenta los flujos del almacén, la manipulación de las mercancías y las rutas de picking y evitando los cuellos de botella. Optimizar la distribución de un almacén significa posicionar los artículos de forma eficaz y eficiente, con el objetivo de ampliar la zona en la que es más fácil y rápido acceder a las mercancías para su transporte y envío. 

El uso de Ublique en la gestión de almacenes garantiza una mejora en el seguimiento y control de las mercancías y una mayor optimización del espacio y la mano de obra. 

La gestión de los almacenes representa una parte fundamental de la organización interna de la cadena de suministro de una empresa, por lo que es evidente que a través de una colaboración entre un embalaje más funcional y rendidor y los sistemas de optimización matemática e inteligencia artificial es posible maximizar el rendimiento y minimizar los costes, con el objetivo de obtener una mejora en la gestión general de las operaciones realizadas, en el aprovechamiento del espacio utilizado, en la reducción de los errores que puedan producirse y en la mejora de la calidad del producto o servicio ofrecido.